NORMAL QUE NO QUIERAS QUE SE ACABE LA NOCHECuando algo te llena, cuando estás exactamente donde quieres estar, el tiempo deja de importar. Miras el reloj y cada minuto que pasa pesa más que el anterior. No porque estés cansado, sino porque sabes que, tarde o temprano, la noche terminará. Y lo último que quieres es que se acabe.
Porque hay momentos que deberían ser eternos. Conversaciones que fluyen sin esfuerzo, risas que surgen de la nada y miradas que dicen más de lo que cualquier palabra podría. No importa el lugar, ni la hora, ni lo que pase alrededor. Solo importa seguir ahí, alargando cada segundo, resistiéndote al final.
Porque cuando algo es bueno, realmente bueno, despedirse siempre parece un error.
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